Breve antología del escombro ilustrado
Texto de sala para la exposición homónima en Oficina Proyectista. Buenos Aires, 2015
Breve Antología del Escombro Ilustrado
No se trata de hacer escombros, sino de pintar sobre ellos. Tampoco es
cosa de construir sobre las ruinas. Las ruinas tienen otras connotaciones.
Nos hacen pensar en antiguas civilizaciones, en imperios en decadencia,
vestigios de un pasado glorioso o, al menos, de una cierta nobleza. En un
texto dedicado a ellas, Georg Simmel señalaba que “el encanto de las
ruinas consiste en el hecho de que una obra del hombre es percibida,
finalmente, como si fuera producto de la naturaleza”. Los escombros son
más modestos, prosaicos, completamente ajenos a la naturaleza. También
es otra la relación con el tiempo: las ruinas involucran a la Historia con
mayúsculas, los escombros tienen una acentuada contemporaneidad, son
efímeros. Cascotes, trozos de cemento y cerámicos, restos de argamasa,
arena, polvo... Si las ruinas se relacionan con la memoria y la duración,
los escombros en cambio hablan generalmente de miseria y olvido. Polvo
al polvo...
Sin embargo, Jorge Opazo no solo preserva lo efímero sino que lo
transforma en pequeñas obras de arte. Rescata cuidadosamente trozos de
escombros, como si de rocas lunares se tratara, y dibuja y pinta sobre
ellos escenas seleccionadas de enciclopedias juveniles sobre el espacio.
Como en los films de Neill Blomkamp, conviven los materiales pobres, la
miseria cotidiana y la ciencia ficción. Sobre los cascotes que hablan de
decadencia y especulación inmobiliaria, se despliega un mundo de un
cierto candor infantil y de una imaginación desbordada. Sobre esos restos
del presente, las imágenes de un futuro que ya es pasado o de un futuro
que nunca será, como fragmentos casi indescifrables de falsos murales
que cuentan historias fantásticas de encuentros extraterrestres y viajes
interplanetarios.
Daniel García
